miércoles, 6 de abril de 2011

¿Qué es la lluvia radiactiva?  6 Abril 2011

Se denomina lluvia radiactiva a la acumulación de partículas radiactivas transportadas por el aire que se depositan en la tierra durante y después de un bombardeo atómico, de una prueba de armas nucleares o de un accidente en una planta nuclear. El material radiactivo es transportado por diminutas gotas de agua presentes en la atmósfera. Así, puede ser inhalado directamente e ingresar a los pulmones y llegar al mar y al suelo a través de la lluvia, por lo que puede contaminar los cultivos, la fauna marina y el agua para beber. La leche de vaca también es especialmente vulnerable, según los expertos, si el ganado pasta en zonas expuestas a la radiación.

Tras el tsunami del 11 de marzo en Japón que causó daños en varias plantas nucleares del país, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos ha detectado niveles anormales de yodo radiactivo en el agua de lluvia del estado de Massachusetts (noreste), procedente de la central japonesa de Fukushima-1. De momento, las autoridades han descartado que estas trazas de radiactividad puedan suponer riesgo alguno para la salud humana, ya que la presencia de este yodo en dichas muestras es muy baja.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Algunos materiales radiactivos de Fukushima durarán miles de años  30 Marzo 2011 



Se han cumplido 20 días desde que comenzó el accidente de la central nuclear japonesa de Fukushima. Desde que el tsunami dejó sin suministro eléctrico a la planta y se produjo la primera explosión de hidrógeno, los elementos radiactivos que se han liberado a la naturaleza se cuentan por decenas. Pero no todos suponen el mismo riesgo para la salud ni perduran en la naturaleza el mismo tiempo. Sin duda, el plutonio recién detectado en la planta atómica es uno de los que tiene una actividad mayor y supone un riesgo muy elevado para la salud.
Las partículas que salen con mayor facilidad acompañando al vapor de agua que se deja salir de los reactores para evitar que aumente la presión en el interior y se produzcan explosiones son las más ligeras y que tienen una mayor volatilidad. Se trata de elementos como el yodo o el cesio, de los que ya se ha oído hablar, pero también de algunos otros de volatilidad intermedia como el rutenio o el estroncio.
El periodo de semidesintegración -el tiempo que tardan en perder la mayor parte su radiactividad- de cada uno de ellos oscila desde días hasta varios años.

Materiales ligeros y volátiles

El yodo-131, por ejemplo, uno de los elementos que más ha liberado la central de Fukushima, tiene un periodo de semidesintegración de 8 días. Pero los riesgos que supone para la salud son muy elevados. De hecho, es el material responsable de que la población cercana a la central haya tenido que bloquearse la glándula tiroides con pastillas de yoduro de potasio para evitar el riesgo de padecer cáncer de tiroides.
El cesio-134 tarda dos años en perder la mayor parte de su actividad. Y el cesio-137, otro de los elementos que ha salido en grandes cantidades de los reactores de Fukushima, no reduce su radiactividad hasta 30 años después de producirse. El mayor riesgo que supone el cesio para la salud o el medio ambiente está en que se absorbe muy fácilmente a través de la comida o el agua, o también si se inhala en forma de polvo. El cesio, de hecho, supuso uno de los mayores peligros tras el accidente de Chernobil debido a que se ingirió de forma masiva en los productos alimenticios.
En cuanto a los elementos de volatilidad media, el rutenio tiene dos isótopos comunes, el 103 y el 106, con una semidesintegración de 39 días y de un año, respectivamente. El estroncio-90 perdura en la naturaleza durante cerca de 30 años.
Los elementos más pesados y menos volátiles son más peligrosos, pero también es más complicado que se liberen debido a su elevada masa atómica. Sin embargo, ya se ha detectado plutonio en Fukushima.

Materiales pesados y poco volátiles

El plutonio, concretamente el plutonio-239, tiene un periodo de semidesintegración de 24.100 años. El plutonio no está de forma natural en el medio ambiente. Pero se podría hacer una comparación muy sencilla para hacerse una idea del enorme periodo que supone su vida media: si se hubiese liberado plutonio en algún lugar de la Tierra cuando se extinguieron los neandertales, hace 24.000 años, aún seguiría siendo muy radiactivo. En cambio, el plutonio-238, también encontrado en la planta japonesa tiene una vida de 40 años.
Emite radiación de tipo alfa, que puede ser detenida por la ropa o por un simple papel. El mayor riesgo es que entre en contacto con el cuerpo, ya que puede provocar cáncer o alteraciones celulares.
El plutonio es un metal muy pesado y con una volatilidad casi nula. Esto dificulta mucho su transporte por el viento. Cuando se libera en tierra, lo más probable es que se pegue al suelo y permanezca allí hasta que sea limpiado. Sin embargo, si se libera en el mar el plutonio podría diluirse y dispersarse por el océano. en este caso las consecuencias serían imprevisibles.
Por último, otro de los elementos pesados que puede liberarse en un accidente nuclear es el uranio. El isótopo 234, uno de los tres que se puede encontrar de forma natural, tiene un periodo de semidesintegración de 247.000 años. Pero sus formas 238 y 235, las que se utilizan como combustible en la mayoría de los reactores del mundo, tienen una duración de 4.500 millones de años y de 710 millones de años, respectivamente. Fuente El Mundo.Es

lunes, 28 de marzo de 2011

El litio parece potenciar la longevidad humana
28 Marzo 2011

El litio es uno de tantos oligoelementos útiles para el cuerpo, y se obtiene principalmente de los vegetales y del agua que bebemos. Sin embargo, tal como señala Michael Ristow, de la Universidad Friedrich Schiller de Jena, en Alemania, la comunidad científica no sabe mucho acerca de las funciones exactas que desempeña dicho elemento en nuestra fisiología.
Según los resultados de un estudio anterior realizado en EE.UU., concentraciones altas de litio pueden prolongar la vida del C. elegans. Sin embargo, la dosis que se analizó en aquel estudio está más allá del límite fisiológicamente aceptable y puede resultar tóxica para los seres humanos. Para averiguar si, en concentraciones mucho más bajas, el litio sigue influyendo en la prolongación de la vida, los autores de la nueva investigación examinaron la influencia del mismo a los niveles de concentración con los que está presente de manera habitual en el agua del grifo.
El equipo de científicos, de la citada universidad alemana así como de de las universidades japonesas de Oita e Hiroshima, analizó la tasa de mortalidad en 18 municipios japoneses adyacentes, teniendo en cuenta la cantidad de litio contenida en el agua del grifo de las respectivas zonas. Encontraron que la tasa de mortalidad era considerablemente menor en los municipios con más litio en el agua potable.

En un segundo experimento, los científicos examinaron meticulosamente los niveles de concentración de litio y sus efectos en el C. elegans. Se confirmaron los resultados: La longevidad media de estos gusanos es mayor después de haber sido tratados con esta misma dosis de litio.

Aunque los mecanismos subyacentes en este efecto del litio todavía no están claros, los autores del nuevo estudio consideran demostrado que la mayor longevidad observada en los humanos y en los gusanos C. elegans es inducida por este oligoelemento.

viernes, 25 de marzo de 2011

Fukushima desde adentro    25  Marzo 2011



Oscuridad, altas temperaturas y los peligros derivados de las filtraciones de productos radiactivos son algunos de los desafíos a los que se enfrentan estos trabajadores, considerados héroes anónimos, y cuya labor podemos apreciar gracias a las imágenes proporcionadas por la Agencia Japonesa de Seguridad Nuclear e Industrial.

Ingenieros de la compañía de electricidad Tokio Electric Power toman nota de los niveles de varios medidores en la sala de control de la central, situada a 240 kilómetros al norte de la capital japonesa.
Las fotos muestran las dificultades con las que se encuentran los operarios que tratan de estabilizar la situación de la planta nuclear. Los ingenieros informaron que el agua del reactor número 3 muestra índices de contaminación radiactiva 10.000 veces mayores a lo normal.

Así quedó una de las puertas de seguridad de la central nuclear de Fukushima tras el terremoto del 11 de marzo.
Este es el acceso a los reactores número 1 y 2 de la planta, donde la presencia de personas está restringida a los pocos operarios autorizados.
El centro de seguridad y salud de la central no ha sido ajeno a los desperfectos sufridos por el conjunto de la instalación, como se puede comprobar en esta imagen
Esta fotografía muestra el edificio donde tienen sus instalaciones los operarios y trabajadores.
Este viernes, el primer ministro japonés, Naoto Kan, admitió que la situación en la accidentada planta nuclear sigue siendo "muy imprevisible".    fuente:bbc

jueves, 24 de marzo de 2011

Los jpegs de la mente; cómo el cerebro comprime la información visual   24 Marzo 2011

La mayoría de nosotros estamos familiarizados con la idea de la compresión de imágenes en los ordenadores. Las extensiones de archivo como ".jpg" o ".png" indican que se han comprimido millones de valores de píxeles hacia un formato más eficiente, reduciendo el tamaño del archivo en un factor de 10 o más, con poco o ningún cambio aparente en la calidad de la imagen. El conjunto completo de los valores originales de los píxeles ocuparía demasiado espacio en la memoria del ordenador y tardaría mucho tiempo en ser transmitido a través de internet.

El cerebro se enfrenta a un problema similar. Las imágenes capturadas por las células sensibles a la luz en la retina de los ojos son del orden de un megapíxel. El cerebro no tiene la capacidad de memoria o de transmisión para procesar de manera constante imágenes de ese tamaño. En lugar de eso, el cerebro debe seleccionar sólo los datos más importantes, aquellos que nos permitan entender lo que estamos viendo.

Un equipo de la Universidad Johns Hopkins dirigido por los neurocientíficos Ed Connor y Kechen Zhang ha profundizado un poco más en los entresijos de cómo el cerebro comprime la información visual hasta retener sólo lo esencial.

Los investigadores encontraron que las células en el área conocida como V4 prefieren marcadamente las regiones de cada imagen que ostentan una curvatura pronunciada. Los experimentos realizados por Eric Carlson mostraron que las células del área V4 son muy sensibles a las curvaturas pronunciadas, y poco sensibles a los bordes planos o a las curvas poco pronunciadas.
Las simulaciones por ordenador mediante modelos de conjuntos de cientos de células del área V4 demostraron una reducción espontánea de las células usadas para cada imagen; una reducción comparable a la reducción de tamaño de archivo alcanzada por la compresión de fotografías en formato JPEG. A este nivel, el modelo informático manifiesta la misma preferencia marcada hacia las curvaturas pronunciadas observada en las células reales del área V4.
¿Por qué concentrarse en las regiones de curvatura pronunciada genera ese ahorro de recursos? Porque, como los análisis del equipo de investigación demuestran, las regiones de alta curvatura son relativamente escasas en los objetos naturales, en comparación con las regiones planas y las curvaturas poco pronunciadas. Prestar más atención a las características poco comunes, y menos a las características comunes, es la mejor opción para distinguir objetos con el mínimo esfuerzo.

Las regiones de curvatura pronunciada son muy útiles para distinguir y reconocer los objetos. Los experimentos psicológicos han mostrado que los sujetos de estudio pueden reconocer dibujos de objetos incluso después de que los bordes planos de éstos hayan sido borrados. En cambio, borrar los ángulos y otras regiones de alta curvatura hace muy difícil reconocer los objetos dibujados.
Fuente: Solo ciencia